Aunque no veas el camino, Dios ya lo trazó ✨
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A veces no hace falta predicar con palabras. 🌿 A veces, el amor que das, la paciencia con la que respondes o la manera en que perdonas, son sermones más poderosos que cualquier discurso.
Quizás no lo notas, pero alguien te observa. Alguien ve cómo enfrentas las pruebas, cómo eliges la fe cuando todo parece perdido, cómo sigues creyendo cuando el camino se vuelve oscuro. ✨
Tu forma de comportarte también habla. El respeto con el que tratas, la humildad con la que reconoces tus errores, la calma con la que respondes cuando te provocan, y la coherencia entre lo que dices y haces… todo eso deja huella. 💭
Tu vida puede ser ese reflejo que inspire a otro a creer nuevamente, esa chispa que despierte esperanza en un corazón cansado. No se trata de ser perfecto, sino de permitir que Dios brille incluso a través de tus grietas. 💫
Cada acto de bondad, cada palabra con ternura, cada decisión guiada por el amor… es una página más de ese Evangelio que tú escribes día a día con tu forma de vivir. 📖
¿Estás viviendo, hablando y comportándote de tal manera que si alguien te “lee”, pueda ver a Dios en ti? 🤔
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