Dios no solo abre caminos, también te enseña a caminar sobre las aguas!!

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A veces le pedimos a Dios que quite los problemas, que nos abra un camino donde no lo hay, que nos rescate de lo que duele. Pero hay momentos en los que Él no lo hace así… porque quiere enseñarnos algo más grande, a mantenernos firmes aun cuando todo parece hundirse. Caminar sobre las aguas no significa no tener miedo, significa confiar en medio del miedo. Es cuando las olas son altas y el viento es fuerte, pero aún así decides creer. Dios no siempre calma la tormenta de inmediato, muchas veces quiere mostrarte que, con fe, puedes atravesarla sin hundirte. Quizás no se trata de que se abran nuevas puertas, sino de aprender a caminar con fe sobre aquello que antes te hacía temblar. Porque mientras confíes, no habrá agua profunda que te hunda, ni viento fuerte que te derribe. ¿Y si esta vez Dios no quiere abrirte un camino, sino enseñarte a caminar sobre lo imposible?

Si imito a Jesús, tendré Su compañía: si soy semejante a Él, estaré con Él.


“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Juan 12: 26. 

El servicio más elevado es imitación.

Si yo quiero ser el siervo de Cristo, he de ser Su seguidor.

Hacer como hizo Jesús es la forma más segura de honrar Su nombre.

He de tener esto en mente cada día. Si imito a Jesús, tendré Su compañía: si soy semejante a Él, estaré con Él.

A su debido tiempo Él me llevará a lo alto para que more con Él arriba, si, entre tanto, me esfuerzo para seguirle aquí abajo.

Después de Su sufrimiento nuestro Señor llegó a Su trono, y, de la misma manera, después de que hayamos sufrido un poco con Él aquí abajo, nosotros también llegaremos a la gloria.

La condición de la vida de nuestro Señor será la condición de nuestra vida: si estamos con Él en Su humillación, estaremos con Él en Su gloria. Vamos, alma mía, cobra ánimos y coloca tus pies en las huellas marcadas con sangre que tu Señor te ha dejado. No debo dejar de observar que el Padre honrará a quienes siguen a Su Hijo.

Si Él me ve que soy fiel a Jesús, pondrá señales de favor y de honor en mí por causa de Su Hijo.

Ningún honor puede ser semejante a este.

Príncipes y emperadores conceden simples sombras de honor; la sustancia de la gloria proviene del Padre.

Por tanto, alma mía, aférrate al Señor Jesús más firmemente que nunca. 


Charles Spurgeon

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