Dios no solo abre caminos, también te enseña a caminar sobre las aguas!!

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A veces le pedimos a Dios que quite los problemas, que nos abra un camino donde no lo hay, que nos rescate de lo que duele. Pero hay momentos en los que Él no lo hace así… porque quiere enseñarnos algo más grande, a mantenernos firmes aun cuando todo parece hundirse. Caminar sobre las aguas no significa no tener miedo, significa confiar en medio del miedo. Es cuando las olas son altas y el viento es fuerte, pero aún así decides creer. Dios no siempre calma la tormenta de inmediato, muchas veces quiere mostrarte que, con fe, puedes atravesarla sin hundirte. Quizás no se trata de que se abran nuevas puertas, sino de aprender a caminar con fe sobre aquello que antes te hacía temblar. Porque mientras confíes, no habrá agua profunda que te hunda, ni viento fuerte que te derribe. ¿Y si esta vez Dios no quiere abrirte un camino, sino enseñarte a caminar sobre lo imposible?

El Señor vive y yo también viviré


 “No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH” 
Salmo 118: 17. 

¡Esta es una hermosa certeza! Sin duda estaba basada en una promesa, susurrada interiormente en el corazón del Salmista, a la que se aferró y que disfrutó.

¿Es mi caso semejante al de David?

¿Estoy deprimido porque el enemigo me insulta?

¿Multitudes están en contra mía, y sólo unos cuantos de mi lado?

¿Me pide la incredulidad que me acueste y muera en la desesperación, como un hombre derrotado y deshonrado?

¿Mis enemigos comienzan a cavar mi tumba?

¿Qué pasará entonces?

¿Cederé al susurro del miedo, y renunciaré a la batalla, y con ello renunciaré a toda esperanza?

Lejos esté de eso.

Hay vida en mí todavía: “No moriré.” El vigor retornará y quitará mi debilidad: “viviré”.

El Señor vive y yo también viviré.

Mi boca será abierta otra vez: “Contaré las obras de JAH.” Sí, y hablaré de la tribulación presente como de otro caso de la fidelidad que obra maravillas y del amor del Señor mi Dios. Aquellos que quieren tomar mis medidas para hacer mi féretro harían mejor en esperar un poco; pues “Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.” ¡Gloria sea dada a Su nombre por siempre! Yo soy inmortal hasta que mi obra sea completada.

Mientras el Señor no lo quiera ninguna bóveda podrá encerrarme.


Charles Spurgeon

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