Brandy fue abandonada por su madre a los dos años, frente a la puerta de un vendedor de drogas. Las promesas de que regresaría a buscarla, nunca se cumplieron, ya que jamás volvió. Al cabo de un tiempo, Brandy y su hermano menor fueron enviados al servicio de protección infantil. Rápidamente encontraron a su abuelo, y él se hizo cargo de ellos.
En ese entonces, su infancia se fue tornando de alegría. Pero cuando tuvo 10 años, su vida dio un giro inesperado. “Recuerdo que ese día fui con mi hermano a comprar, y en el camino, encontramos a una mujer extraña que decía ser mi mamá. Ella insistió tanto que le creímos y nos fuimos a vivir con ella”, recuerda Brandy.
Después de 3 días en ese lugar, Brandy comenzó a fumar marihuana. Dos semanas después, la drogaron y la violaron. La pequeña se estaba convirtiendo en una esclava sexual. Durante 6 años, estuvo metida en el mundo en las drogas. Empezó a elaborar metanfetamina, insumo que le permitía dejar de vender su cuerpo. Pero a raíz de esto, fue arrestada y enviada 7 años a prisión.
Estando en un ambiente de depresión, Brandy pensó que su vida no tenía valor. Pero, casi al final de su sentencia, algo increíble sucedió: Dios tocó la puerta de su corazón por medio de alabanzas. Aquí es donde Brandy comenzó su viaje hacia la fe. “Dios me habló en una reunión. Me dijo que dejara mi pasado y que Él me haría libre”.
Desde ese momento, Brandy fue redimida por el sacrificio de Jesús. Actualmente, ella es una mujer libre de pecado. Dicta conferencias y testifica que solo Dios tiene poder para borrar el pasado.
Fuente: impactoevangelistico
Fuente: impactoevangelistico
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