Dios no solo abre caminos, también te enseña a caminar sobre las aguas!!

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A veces le pedimos a Dios que quite los problemas, que nos abra un camino donde no lo hay, que nos rescate de lo que duele. Pero hay momentos en los que Él no lo hace así… porque quiere enseñarnos algo más grande, a mantenernos firmes aun cuando todo parece hundirse. Caminar sobre las aguas no significa no tener miedo, significa confiar en medio del miedo. Es cuando las olas son altas y el viento es fuerte, pero aún así decides creer. Dios no siempre calma la tormenta de inmediato, muchas veces quiere mostrarte que, con fe, puedes atravesarla sin hundirte. Quizás no se trata de que se abran nuevas puertas, sino de aprender a caminar con fe sobre aquello que antes te hacía temblar. Porque mientras confíes, no habrá agua profunda que te hunda, ni viento fuerte que te derribe. ¿Y si esta vez Dios no quiere abrirte un camino, sino enseñarte a caminar sobre lo imposible?

Vasos De Bendición


Era un frió día de Invierno. Un niño de 10 años estaba descalzo, parado en el camino frente a una tienda de zapatos, puntando a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: “Mi pequeño amigo, que estás mirando con tanto interés en esa ventana?”.”Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos”, fue la respuesta del niño. 


La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió.

Ella se llevó al niño a la parte trasera de la tienda se quitó los guantes y le lavó los pies al niño, se los secó con la toalla.
Para entonces el empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par de los calcetines al niño y le compro un par de zapatos. Junto el resto de pares de calcetines y se los dio al niño. 

Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo: “!No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!”. Mientras ella daba la vuelta para irse el niño la alcanzó de la mano mirándola con lágrimas en los ojos contestó con estas palabras:”¿Es usted la esposa de Dios?”.
Aunque a veces cuesta mucho servirle a los demás, y dejarse usar por Dios, para ayudar a otras personas, debemos hacerlo todos los días. Porque ¿cuáles van a ser los “vasos” que Él use para bendecir a sus hijos?, pues ¡¡tu y yo!!.

“Ninguno busque únicamente su propio bien,
sino también el bien de los otros.” Filipenses:2:4.


Fuente: palabrasdevida








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