Dios no solo abre caminos, también te enseña a caminar sobre las aguas!!

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A veces le pedimos a Dios que quite los problemas, que nos abra un camino donde no lo hay, que nos rescate de lo que duele. Pero hay momentos en los que Él no lo hace así… porque quiere enseñarnos algo más grande, a mantenernos firmes aun cuando todo parece hundirse. Caminar sobre las aguas no significa no tener miedo, significa confiar en medio del miedo. Es cuando las olas son altas y el viento es fuerte, pero aún así decides creer. Dios no siempre calma la tormenta de inmediato, muchas veces quiere mostrarte que, con fe, puedes atravesarla sin hundirte. Quizás no se trata de que se abran nuevas puertas, sino de aprender a caminar con fe sobre aquello que antes te hacía temblar. Porque mientras confíes, no habrá agua profunda que te hunda, ni viento fuerte que te derribe. ¿Y si esta vez Dios no quiere abrirte un camino, sino enseñarte a caminar sobre lo imposible?

Testimonio/“¡DIOS ME MOSTRÓ EL VERDADERO CAMINO!”, DICE EXMUSULMANA

“¡DIOS ME MOSTRÓ EL VERDADERO CAMINO!”, DICE EXMUSULMANA

Vivía sumergida en el dolor y en pensamientos de suicidio, hasta que decidió elevar un  sincero clamor a Dios. "Comencé a llorar, y le dije a Dios: ‘Si realmente existes, si eres el que está en la Biblia, muéstrame el camino’”, recuerda Fátima.


Dios escuchó su oración. La respuesta llegó de manera inesperada. Ella recuerda que se quedó dormida y soñó que estaba en una iglesia que nunca había visto antes. Al día siguiente de aquella experiencia, tomó la decisión de buscar la iglesia que había visto en su sueño.
Después de su incesable búsqueda, se sintió sorprendida al encontrar la misma iglesia. "Era exactamente la iglesia que había visto en mi sueño. Recuerdo que el pastor se acercó a mí y me dijo si quería aceptar a Jesucristo como mi Señor y Salvador. Aquella noche nací de nuevo”, testifica la exmusulmana.
Por otra parte, la familia de Fátima, al descubrir que había tomado la decisión de aceptar a Jesucristo como su Señor, comenzó a amenazarla. "Estaba aterrorizada cuando mi familia dijo que no importaba si era su pariente, pues el gobierno permitía que maten a los traidores”, explica Fátima.
Dios le abrió las puertas para huir de su hogar y refugiarse en el hogar de una pareja misionera. La mujer que antes le temía a la muerte, hoy abraza la vida y la eternidad. “Solía ​​tener mucho miedo a la muerte, pero ahora ya reservé un viaje con el Señor", concluye Fátima.
(*) Nombre modificado por motivos de seguridad

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